Tras recorrer el sorprendente Barranco de la Tía Amalia que, fue el comienzo de la ruta que habíamos planificado, continuamos el camino por la meseta y sus múltiples senderos que se extienden por el Parque Natural del Cabo de Santa Pola. Además, en esta localización se encuentra uno de los pocos ejemplares de Arrecife Coralino Fósil y otros lugares cargados con historia para ver y visitar.
Es un destino ideal para aquéllos a quienes les gusta practicar el senderismo y descubrir monumentos naturales, la flora y fauna de los diversos entornos rodeados de naturaleza y de gran belleza que hay en la sierra santapolera, además de otros tipos de estructuras emblemáticas que nos hacen partícipes de la historia del pueblo de Santa Pola.
Planificación de la ruta de senderismo por la Sierra y el Cabo de Santa Pola
Dado que la ruta de senderismo por la Sierra y el Cabo de Santa Pola la hemos realizado en época estival, hemos tenido en cuenta factores tan importantes como, la climatología, el momento del día en el que vamos a realizar la ruta y el conocimiento que tenemos del entorno.
Teniendo en cuenta estos factores, es decisión nuestra escoger el día y el momento para realizar la ruta que abarca desde el Barranco de la Tía Amalia (el comienzo), hasta el Cabo (el final), recorriendo entre medias parte de la Sierra.
Asimismo, hemos buscado información en Internet acerca de las rutas que se pueden hacer por la Sierra santapolera y que han compartido otras personas. De igual modo, toda esta información es muy útil, ya que nos sirve de ayuda para tener una primera impresión sin haber estado a pie de campo en algunos tramos de las diversas rutas.
De este modo, conformamos un mapa mental con las sendas y caminos ya trazados para llegar a los distintos puntos de interés que queremos ver por la Sierra y el Cabo de Santa Pola.
En segundo lugar, y muy importante, es comunicar a los familiares que vamos a realizar una ruta de senderismo por un entorno natural, especificar el lugar, el día y la hora en que vamos a realizar la marcha. También hemos comunicado el tiempo aproximado que vamos a estar recorriendo el entorno y la hora aproximada a la que vamos a llegar a casa.
Proporcionar esta información a ciertas personas nos parece esencial cuando vamos a hacer alguna ruta, excursión o actividad al aire libre en cualquier entorno natural, ya que es importante avisar del lugar al que se va, el recorrido que vamos a hacer, los horarios previstos y las personas que vamos a realizar la ruta de senderismo.
Ruta de senderismo por la Sierra y el Cabo de Santa Pola
¿Cómo llegar al primer tramo de la ruta que hemos planificado?
Para llegar al primer tramo de la ruta, la cual dimos comienzo en el Barranco de la Tía Amalia, hemos partido desde el núcleo urbano de Santa Pola. Como punto de referencia, nos hemos situamos en el Castillo-Fortaleza, desde ahí tomamos la calle del Deán López dirección este hasta llegar a la esquina con la calle de los Hiladores.
Al llegar a la calle de los Hiladores vemos entre los edificios lo que es el principio de la ruta que hemos planificado, y que comienza en el Barranco de la Tía Amalia, el cual vamos a recorrer para, posteriormente, continuar la ruta por la Sierra, hasta llegar al Cabo.
Una vez llegamos a la calle de los Hiladores tenemos que cruzar un parking improvisado para coches sobre un terreno polvoriento. Desde este punto, y frente a nosotros, se encuentra una ligera pendiente que hay que bajar para llegar al comienzo del sendero por el cual vamos a recorrer el Barranco de la Tía Amalia. Una vez salimos del barranco nos encontraremos en plena sierra.
Otras rutas por la Sierra de Santa Pola
Continuamos la ruta de senderismo por la Sierra y el Cabo de Santa Pola
Tras recorrer el Barranco de la Tía Amalia, llegamos al final donde el desnivel es menos acusado y podemos subir sin mucho esfuerzo por una pendiente de rocas pulidas que nos adentra en la meseta de la sierra santapolera.
En este tramo, hay una explanada de la que brotan multitud de rocas de diferentes tamaños, matorrales espinosos y matojos dispersos de esparto que tiñen el suelo con colores ocres y dorados.
En los flancos, pinadas de porte medio-alto van engullendo el terrero. Estas pinadas nos ofrecen sombra y un breve respiro fresco tras la marcha por el barranco abierto al sol inclemente.
Desde este punto, además de contemplar el último tramo de brecha del barranco y el relieve plano que conforma el terreno de la meseta de la Sierra y el Cabo, se puede apreciar el azul celeste del mar sobre las tonalidades verdes que colorean las copas de los árboles.
Al ver parte de este entorno, es fácil darse cuenta de la importancia que tiene este ecosistema para el municipio de Santa Pola. Transcurridos unos diez minutos, en los cuales hemos descansado en este tramo de la sierra, tomamos un delgado sendero que nos conduce hacia una pinada frondosa.
Atravesamos un pasillo que se forma entre los pinos y frente a nosotros surge un claro atravesado por un sendero bastante ancho que va en paralelo al barranco.
De forma instintiva, giramos a nuestra izquierda y emprendemos la marcha por el amplio sendero; pendientes de algún indicador que nos descubra el siguiente lugar que queremos ver y visitar, asimismo repasamos el itinerario mental.
Tras caminar unos cincuenta metros por el amplio sendero de tierra clara, en el flanco derecho aparece un claro casi sin árboles, al fondo se aprecia como el terreno cambia, emergen por encima de las copas de los pinos otra espacie de árbol (no autóctona), algunos eucaliptos de bastante altura.
Este cambio nos indica que debemos dirigirnos hacia la zona donde se encuentran los eucaliptos, ya que durante la planificación de la ruta vimos fotografías del paraje de la Fulla Rotja, y las características del entorno concuerdan con lo que estamos viendo en ese momento.
Al poco de adentrarnos en el claro, vemos en el suelo una flecha hecha con piedras, esto nos ratifica que nos estamos dirigiendo hacia el paraje de la Fulla Rotja, tenemos esa seguridad sin haber estado antes en dicho lugar.
Caminamos unos pocos metros, y tras unos pinos el terreno se abre y avistamos, entonces, el paraje que sólo habíamos visto en imágenes.
Paraje de la Fulla Rotja
Unos pocos metros más adelante, el terreno se corta bruscamente y tenemos que bajar por una pequeña pendiente llena de surcos producidos por la erosión. Justo al bajar, un pequeño sendero atraviesa todo el paraje por el borde.
Frente a nosotros vemos una zona de cultivo en desuso bastante amplia, estructuras en roca que definen los bancales que conforman terrazas escalonadas por todo el paraje de la Fulla Rotja.
Algo muy característico de este paraje, y que enseguida nos llamó la atención, es la tierra roja del entorno. Un rojo arenisca que resalta las zonas de cultivo bien delimitadas con tonalidades amarillo paja.
Estos contrastes de color aumentan a la luz dorada de la tarde. Quietos, durante unos minutos, contemplamos de forma panorámica el paraje inundado de colores.
Seguimos caminando por el sendero que nos adentra aún más en el paraje y vemos, no muy lejos, en el borde de la pequeña pendiente que delimita el paraje, una estructura que parece la entrada a una cueva, posiblemente, excavada en la roca aprovechando una concavidad natural.
Una vez estamos frente a la cueva, vemos que tiene bastante profundidad. En la entrada hay unas bigas de madera que refuerzan el techo de la entrada. Echando la vista a un lado, vemos a unos pocos metros lo que parece un abrevadero.
Ambas estructuras, junto con las terrazas, son el reflejo de que hace ya un tiempo, este lugar estaba destinado a la actividad ganadera y agrícola.
Tras estar un buen rato descubriendo el paraje de la Fulla Rotja, continuamos el sendero, que en un tramo se bifurca hacia la izquierda. Esta bifurcación nos conduce al sendero principal por el que anduvimos antes de llegar a la Fulla Rotja.
Justo en este punto, el pequeño sendero también sigue hacia la derecha. Esa es la dirección que vamos a tomar para llegar hasta la carretera que cruza la sierra y llega hasta el cabo donde se encuentra el faro.
Continuamos el camino por el sendero que bordea la Fulla Rotja y nos va alejando de este paraje. Subimos una pequeña cuesta y el sendero continua entre una pinada. Vimos, entonces, otro sendero amplio que discurre en paralelo al paraje.
Giramos hacia la izquierda, a sabiendas que nos dirigimos hacia la carretera de acceso al faro, para continuar caminando por el sendero que parece un cortafuegos forestal.
Más adelante, llegamos a un cruce, en este tramo el camino continua frete a nosotros y a nuestra derecha surge otro camino entre las pinadas. Al fondo de este camino se aprecia un poste que informa sobre las distintas rutas y lugares de interés.
Seguimos por el mismo camino flanqueado de pinos hasta llegar a la carretera de acceso al faro de Santa Pola. Una vez en la carretera, giramos a nuestra derecha y frente a nosotros más de un kilómetro de asfalto en línea recta que sube y baja. Al fondo se puede ver la cúpula del faro, una antena y parapentistas.
Emprendemos el predecible camino por la estrecha carretea para llegar al siguiente lugar de interés que se encuentra en la Sierra de Santa Pola. Cercano a la carretera, al lado derecho, y más o menos cerca del faro, se encuentra uno de los aljibes que hay en el pueblo de Santa Pola.
El Aljibe del Manyo
Como la visibilidad es muy buena a ambos lados de la carretera, ya que está bastante despejada de árboles, podemos ver con facilidad el camino que nos dirige al aljibe del Manyo. Un pequeño sendero a la derecha de la carretera que se adentra un poco en el terreno, nos conduce hasta el aljibe árabe que se encuentra en la sierra de Santa Pola.
Frente a esta estructura, parcialmente subterránea, abovedada y que culmina en una cúpula, se encuentra una pequeña zona de descanso desde la cual podemos observar detenidamente el aljibe. Justo detrás del aljibe, podemos intuir que se encuentra el cabo. La imagen que tenemos es una línea cubierta por una frondosa pinada que abarca toda la panorámica.
En cuanto hemos descansado un poco y contemplado el aljibe del Manyo, retomamos, nuevamente, el pequeño sendero para volver a la carretera del faro. Así pues, continuamos el camino por el asfalto para llegar al cabo. En este punto, y antes de llegar al faro, vamos a ver diferentes restos de la Guerra Civil española.
Bienes patrimoniales de la Guerra Civil española en la Sierra de Santa Pola: pabellones, antiaéreos, baterías de costas y búnker de telemetría
Antes de llegar al final de la carretera, encontramos junto a esta un par de pabellones de la Guerra Civil española. Junto a uno de los pabellones hay un pequeño aljibe. Ambas estructuras no tienen techo, pero se puede apreciar que en el interior hay una especie de pileta o lavamanos en una de las esquinas del pabellón.
Además, en el cartel informativo que hay a un lado de uno de los pabellones, vemos una fotografía en la que se ven personas y literas en el interior del pabellón.
Al continuar el camino por la carretera, un poco más adelante y a la izquierda, encontramos un antiaéreo rodeado de pinos de porte medio. Es una estructura semicircular y subterránea que tiene dos entradas.
Los muros están hechos con rocas, suponemos que son del entorno, ya que mires donde mires, hay muchísimas rocas por todo el terreno. Para llegar al interior, hay que bajar unos escalones bastante altos.
Ya nos encontramos por debajo del nivel del suelo, rodeados por unos muros de rocas y frente a nosotros una cavidad abovedada con poca altura. Por precaución no entramos en el interior, ya que se ven signos de desprendimiento y hay algún animal muerto en la entrada.
Nos dirigimos, nuevamente, a la carretera tras estar envueltos en un anillo de rocas y árboles. Cruzamos la carretera para tomar otro sendero que nos lleva hasta un búnker de telemetría que se encargan de calcular los ángulos para los cañones que se encontraban en las dos baterías de costa cercanas.
En lo más alto del búnker, hay un vértice geodésico que indica la altura exacta en ese punto sobre el nivel del mar. Frente al búnker hay un poste informativo que indica la dirección a seguir para llegar a dos baterías de costa que están cercanas al búnker. Ambas baterías de costa están comunicadas entre sí por un pasadizo subterráneo, actualmente las entradas se encuentran valladas.
En todo caso, poder ver parte de los bienes patrimoniales de la Guerra Civil española que se encuentran en la Sierra de Santa Pola y en buen estado, provoca ciertas sensaciones inesperadas, producto del conflicto bélico acontecido entre los años 1936 -1939 en España.
Tras contemplar estos restos de la Guerra Civil española, tomamos el mismo sendero que nos dirige, nuevamente, hacia la carretera. Tenemos frente a nosotros una pinada frondosa de la que emerge la cúpula del faro.
Torre vigía Atalayola, actual faro de Santa Pola
En el momento en que vemos la cúpula del faro en lo alto de las copas de los árboles, nos dirigimos por el final del camino asfaltado para empezar a pisar el suelo rocoso. Los árboles se quedan atrás y el terreno se abre delante de nosotros. Nos encontramos en el cabo, que es el final de la bahía de Alicante.
El lecho rocoso y repleto de esparto deja ver el mar mediterráneo y la Isla de Tabarca. Volteando la cabeza vemos en la lejanía la ciudad de Alicante. En la zona más alta del atolón se encuentra la torre vigía Atalayola. Esta estructura construida en el año 1858, fue aprovechada para levantar el actual faro de Santa Pola.
El terreno sobre el que se eleva el faro es un arrecife coralino fósil, uno de los pocos ejemplares que se encuentran en Europa y que data de la era messiniense. Es un entorno natural de gran importancia ambiental, ya que alberga una flora y fauna muy diversa.
Al borde del atolón, se encuentra una pasarela flotante que sobresale en un punto por el borde del atolón fósil. Esta pasarela mirador desde el cual podemos contemplar frente a nosotros la Isla de Tabarca y en el principio de la pasarela vemos parte de la pared vertical del arrecife. Es una imagen imponente.
Sobre nuestras cabezas sobrevuelan parapentistas haciendo acrobacias y recorriendo de un lado a otro la pared vertical del atolón. Desde este el lugar, también te das cuenta de la importancia geológica y estratégica que tiene este entorno y localización para las generaciones presentes como la que tuvo para las generaciones precedentes.
Tras pasar un buen rato contemplando y oteando el horizonte, volvemos sobres nuestros pasos para empezar con el camino de vuelta a casa. Nos dirigimos, nuevamente, a la zona donde se encuentra el búnker, ya que en ese tramo hay un sendero bastante amplio que discurre en paralelo a la carretera.
Unos cien metros más abajo hay un desvío a la izquierda en el camino principal y un poste informativo que marca la dirección y distancia que hay hasta la torre vigía de Escaletes.
Esta torre es nuestra siguiente parada y culminación de la ruta de senderismo por la Sierra y el Cabo de Santa Pola.
La torre vigía de Escaletes
El recorrido hasta llegar a la torre vigía de Escaletes es un poco largo, las piernas están cansadas después de más de tres horas caminando por terrenos cambiantes. Pero, ya es el último tramo de la sierra que vamos a recorrer.
Continuamos caminando un par de kilómetros por el sendero rocoso, el horizonte surge a lo lejos, el mediterráneo azul oscuro aparece entre los árboles. Esta imagen nos indica que nos encontramos muy cerca del borde del atolón en su parte este.
Tras pasar un recodo, rápidamente vemos la torre vigía de Escaletes al borde del atolón. Nos acercamos lentamente para poder contemplar como la luz dorada del atardecer rebota sobre la piedra de la torre.
Esta luz tiñe con distintas tonalidades de amarillo nápoles la estructura que fue restaurada en el año 2017, con el objetivo de añadir valor a este conjunto histórico y recuperar este Bien de Interés Cultural que data del siglo XVI.
Una vez hemos descansado unos minutos sobre una roca cercana a la torre, empezamos a bajar las escaleras en zig-zag, para llegar a la avenida de Catalanet. A partir de aquí, el camino de vuelta a casa es por el litoral santapolero.
A continuación, te mostramos el equipo básico que hemos llevado para la ruta de senderismo por la Sierra y el Cabo de Santa Pola
- Mochila deportiva de 20L
- Botiquín básico de primeros auxilios, incluye una manta térmica de emergencias
- Silbato
- Ropa de recambio (camiseta, calcetines)
- Gorra
- Protector solar alto
- Repelente de mosquitos y garrapatas
- Bastones de trekking o senderismo (opcional)
- Navaja multiusos, Victorinox Spartan
- Cuerda (cordino)
- Comida de marcha: frutos secos variados
- Dos cantimploras de 1L cada una
- Bolsa de basura
- Teléfono móvil
- Batería externa
- Documentación (DNI)
- Accesorios y cámaras de vídeo y fotografía
Para grabar la ruta de senderismo, ¿qué cámaras y accesorios hemos usado?
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