Era un día de verano despejado y con una ligera brisa, como si las olas del mar empujaran el aire hacia el interior y transformaran esa energía en destellos de luz que brotan de las agujas de los pinos cubiertas por una fina capa de resina.
En la ronda norte de Santa Pola, barrera artificial de asfalto, se pueden contemplar, bajo un cielo azul celeste, frondosas copas verdes que emergen de las laderas del barranco.
En este momento, en esta época, cuando el sol se dirige a las montañas, la mirada me guía ladera abajo. El terreno se va elevando a medida que me adentro en el curso seco del barranco de Paco Mañaco, y los sonidos típicos de la actividad en el medio urbano van disminuyendo gradualmente. El silencio es casi total, únicamente se escucha el canto de las cigarras, mis pasos y la respiración.
Barranco de Paco Mañaco en Santa Pola
Primer tramo de la ruta
La vista se centra en un estrecho sendero sinuosa que aparece y desaparece en el cauce seco del barranco de Paco Mañaco. Las raíces de los pinos se compactan con la tierra, las piedras de arenisca y las rocas grandes de ambos lados de las pendientes. Las bancadas de piedra abandonadas que forman terrazas, trazan líneas rectas en las laderas con una pendiente menos pronunciada.
Camino despacio, mirando cada paso para no tropezar con las rocas sueltas que se entremezclan por el camino. En las bancadas, esparcidos por las laderas del barranco, hay ejemplares de algarrobo que destacan por su tronco retorcido que contrasta con sus hojas de color verde oscuro.
Otros ejemplares, sin elevarse con el paso del tiempo, secos y retorcidos sobre el terreno arenoso, se mantienen esculturalmente erguidos, como si los elementos fueran los artesanos que desgastan y pulen la madera para crear una escultura.
En este tramo, el más cercano a la zona urbana, el terreno está más despejado y la vegetación se encuentra más dispersa por ciertos tramos. El sol, implacable, clarea el sendero y añade las siluetas de los pocos árboles que dan sombra sobre el lecho del barranco.
Por el sendero, aunque se identifica bien, hay hitos de piedras colocadas de forma piramidal que señalizan el camino e incitan a seguir buscando el siguiente montón de piedras apiladas por personas anónimas que han recorrido este mismo camino.
Mirando a lo alto de las laderas, hay tramos con apenas tres o cuatro árboles dispersos. Se elevan en lugares inesperados y tiñen de color el cielo azul.
A medida que discurre el sendero, sin apenas apreciarlo, el lecho va incrustándose más hondo en la arenisca, como si se estuviera escavando una zanja y la tierra arrancada del suelo va formando a los lados muros de tierra y rocas.
La vegetación cada vez más frondosa, empieza a concentrarse en los bordes del sendero y se expande hacia arriba formando un muro verde que deja pasar haces de luz entre el follaje. El sendero, en algunos tramos se ensancha y se cubre por completo de rocas que forman una calzada natural.
Segundo tramo de la ruta
A medida que se avanza por el lecho de roca, las pendientes se vuelven más pronunciadas. En algunos tramos se llegan a formar muros casi verticales de tierra y rocas que se fracturan, reconstruyen y modifican el suelo.
Este fenómeno produce cavidades naturales de diferentes dimensiones en los muros de roca caliza. Desde el principio de la ruta se pueden apreciar multitud de cuevas que se han ido formando por la erosión, y lo más seguro que dan cobijo a numerosas especies de animales.
Por el camino sinuoso, cada vez más rocoso, los líquenes y otros tipos de plantas surgen de entre las fisuras y grietas de las rocas. Los pinos engullen el cielo y dan sombra en gran parte de este tramo.
Las pinadas más frondosas generan un microclima fresco y sombrío del que emanan abundantes arbustos que, en conjunto limitan el camino en los tramos más sinuosos del barranco, dando pie a la imaginación para visualizar cómo será el siguiente tramo del sendero.
En la mayoría del recorrido, las bancadas de piedras se pueden apreciar en las orillas de las laderas menos pronunciadas. Cuanto más se avanza por el sendero rocoso, las bancadas van despareciendo, ya sea por la morfología del terreno o porque son cubiertas por la vegetación oscura que se extiende en el campo visual.
Además de la frondosa vegetación, lo siguiente que llama la atención es la cantidad de muros de roca con pequeñas cuevas que tienen formas inesperadas y evocan territorios de fantasía. A su vez, estas cuevas son un buen lugar para descansar un rato y contemplar con más atención el terreno.
Tras un breve descanso para tomar agua, comer frutos secos y prestar más atención al paisaje que me rodea, retomo la ceremonia. Recojo todo lo que saqué de la mochila, la pongo sobre mis hombros y agarro el bastón de caña de bambú, para emprender nuevamente la marcha por el sendero. Un sendero que cambia de aspecto en cada curva.
Tercer tramo de la ruta
Los altos muros de roca y las frondosas pinadas, van dando paso a claros en el terreno, y la sensación de que el cielo se encuentra más cerca. Parece que el suelo se va elevando a cada paso y poco a poco el barranco se va compactando con la meseta de la sierra de Santa Pola.
De hecho, vuelven a aparecer las bancadas de piedras en hileras escalonadas sobre las colinas más despejas. Un indicador que permite evaluar o vislumbrar el final del recorrido sinuoso por el interior del barranco.
La actividad agrícola que hubo en este lugar se deja ver nuevamente, quiero decir, las bancadas están abandonas, pero con el paso del tiempo se han convertido en hitos que guían el camino del senderista, y dejan paso a la intuición, incluso si es la primera vez que se recorre el barranco de Paco Mañaco.
El sendero empieza a elevarse, las colinas son más suaves y están cubiertas por arbustos ocres que cambian de color con cada corriente de aire. La senda vuelve a ser de tierra fina y compacta. Hay estrechos caminos que se cruzan y convergen en un punto, retomando la misma dirección.
Camino con paciencia guiado por la visión de una pequeña torre de piedra situada en lo alto de una colina. El camino me lleva hasta ella. Las copas de los pinos dan sombra y cubren parcialmente la estructura.
La estructura es muy similar a los aljibes que se pueden ver en el camino al Faro y en el pueblo, pero hay diferencias notables que hacen pensar que es un pozo en desuso y de construcción más reciente en comparación con los aljibes anteriormente mencionados. Aún así, el pozo se encuentra en buenas condiciones.
Muy cerca hay otra estructura que, parece estar construida en la misma época y con los mismos materiales. Es una caseta que se encuentra en bastantes malas condiciones, sin tejado y ciertas partes de los muros de la entrada están derruidos. Justo el muro de la caseta, que se encuentra frente al pozo, tiene un pequeño ventanuco y un tragaluz en la parte superior.
Después de recorrer esta finca, retomo el camino por el sendero que me aleja del barranco, y me dirijo a la meseta de la sierra, para entrelazar los senderos que me guían de vuelta al casco urbano del pueblo de Santa Pola.
¿Qué accesorios y cámara de fotos y vídeo hemos usado?
Productos disponibles en Amazon España y enlaces de compra:
Otra ruta por la sierra de Santa Pola
–Senda del Tiro Pichón: tras planificar la ruta, y hacerme una idea del recorrido, de los caminos y senderos, de la dificultad y el ritmo particular para cada tramo. Daré comienzo a la ruta por la senda del Tiro Pichón, que se bifurca en dos senderos, uno hacia la cantera, y de ahí continuaré el camino por el interior del barranco de L’Hermanet, hasta llegar al paraje de la Fulla Rotja.
A continuación te mostramos el equipo básico que hemos llevado para la ruta
- Mochila deportiva de 25L
- Botiquín básico de primeros auxilios, incluye una manta térmica de emergencias
- Silbato
- Gorra
- Protector solar alto
- Repelente de mosquitos y garrapatas
- Bastones de trekking o senderismo (opcional)
- Navaja multiusos, Victorinox Spartan
- Cuerda (cordino)
- Comida de marcha: frutos secos variados
- Dos cantimploras de 1L cada una
- Bolsa de basura
- Teléfono móvil
- Batería externa
- Documentación (DNI)
- Accesorios y cámaras de vídeo y fotografía
Deja una respuesta