Santa Pola es un pueblo costero de la Comunidad Valenciana, que se encuentra a 17 km de distancia de la ciudad de Alicante, España. En su núcleo se encuentra la Plaza de la Glorieta, en donde se sitúa el Castillo-Fortaleza, que data del siglo XVI.
Caminando unos pocos minutos desde el Castillo, llegamos al puerto pesquero desde el cual podemos tomar un barco recreativo para visitar la isla de Tabarca.
En esta pequeña isla o archipiélago se preserva un gran Patrimonio Natural y Arquitectónico, y a su vez es la única isla habitada de la Comunidad Valenciana.
Este pequeño municipio del litoral mediterráneo cuenta con unos 13 km de costa, y se encuentra flanqueado por dos Parques Naturales.
En la zona oeste se encuentra el Parque Natural de las Salinas, y en la zona este encontramos el Parque Natural del Cabo de Santa Pola. En esta localización se encuentra el Arrecife Coralino Fósil de Santa Pola.
Sierra de Santa Pola
En este último Parque Natural, se encuentra uno de los pocos ejemplares de arrecife coralino fósil del litoral mediterráneo.
Este atolón se eleva 144 metros sobre el nivel del mar, y tiene un relieve extendido (meseta) que se encuentra rodeado de laderas y barrancos.
En el extremo este de la meseta se ubica la antigua torre vigía Atalayola, que es en la actualidad el Faro y referente visual para la navegación.
Desde esta localización hay una panorámica de la bahía de Santa Pola y de la bahía de Alicate, además de poder otear la isla de Tabarca desde un mirador colgante situado en la cresta del atolón fósil.
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Excursión por el arrecife fósil del Cabo de Santa Pola
¿Qué es un arrecife coralino fósil?
Relativamente cerca al núcleo del pueblo de Santa Pola, se encuentra uno de los pocos ejemplares en el litoral mediterráneo de Arrecife Coralino Fósil de la era Messiniense. En este periodo geológico, el mar Mediterráneo sufrió un descenso global del nivel del mar y su consiguiente desconexión con el océano Atlántico.
A este fenómeno se le denomina “Crisis de Salinidad del Mediterráneo”. Como consecuencia, el nivel del mar disminuyó y se produjo un paulatino crecimiento de la masa continental. Este ejemplo de arrecife fósil lo podemos encontrar en Santa Pola.
Excursión por la zona este del litoral santapolero
Teniendo en cuenta este fenómeno, el atolón que vamos a recorrer por las sendas y rutas señalizadas, tiene forma de meseta y se eleva 144 metros sobre el nivel del mar.
Se encuentra en la zona este del litoral santapolero, y vamos a poder observar su morfología, estructura y la flora autóctona del lugar, además de ciertos puntos en los que se encuentran estructuras militares de la guerra Civil Española, el Faro y, por último, la torre vigía de Escaletes, con la que daremos fin a la ruta por el arrecife coralino fósil de Santa Pola.
Primer tramo de la ruta: Barranco Massís
Partimos desde el puerto pesquero de Santa Pola y caminamos por toda la linea de costa. Por este camino, recorremos la playa de Levante hasta llegar a la avenida Santiago Bernabéu.
Toda esta avenida tiene un paseo marítimo por el que vemos todas las pequeñas playas hasta llegar a la playa principal del Varadero.
Una vez en esta playa, seguimos andando hasta llegar a las calas de Santa Pola del este y tomamos el paseo del Vicealmirante Blanco García hasta llegar al camino del Cabo donde se encuentra la zona llamada La Cadena.
Una vez ahí, el paisaje cambia por completo, ya que dejamos de ver urbanizaciones y casas construidas en las lomas del arrecife. Frente a nosotros el barranco, por el que vamos a subir hasta la cima del atolón fósil.
Nos encontramos rodeados de la vegetación autóctona que nos deja entrever una delgada senda que nos conduce hasta el canal de desagüe formado en el arrecife. O lo que es lo mismo, una grieta en las paredes del atolón que dan forma al barranco.
Al comenzar la subida, nos llama la atención la presencia de un halcón sobre volando la cresta del barranco, nos detenemos un momento para observar en lo alto al ave rapaz.
Tras dicha parada, seguimos subiendo por la loma. Es un camino muy pedregoso con muchos arbustos pequeños como el esparto y el palmito.
La delgada senda es fácilmente reconocible, por lo que seguimos subiendo con calma, ya que el terreno empieza a empinarse un poco a medida que vamos llegando al punto donde ya tenemos a ambos lados las paredes del barranco.
Llegados al punto en donde estamos envueltos por las paredes del barranco, la inclinación es mayor y tenemos que empezar a subir por las rocas con ayuda de las manos y en todo momento observando la zona.
También es un momento de respiro que tenemos del sol. Seguimos subiendo con calma y comprobando el terreno que hay frente a nosotros antes de dar cada paso.
Una vez en la parte alta del arrecife, observamos la explanada o meseta característica del lugar. Sólo vemos vegetación baja, como el esparto o rabo de gato.
Lo siguiente que nos llama la atención es la panorámica que hay de la bahía de Santa Pola y la isla de Tabarca.
Hacemos un parón para beber agua y descansar un poco, tomamos algunas fotografías y grabamos unas cuantas tomas.
Tras este parón, retomamos la marcha por una senda clara de ver. Es un camino pedregoso y con vegetación arbustiva. A lo lejos se empieza a divisar una arboleda con especies características de la zona.
Podemos ver como dominan el paisaje los pinos, algunos enebros, cipreses y eucaliptos. También, de vez en cuando notamos un aroma a tomillo y romero.
Este camino nos dirige hasta la senda principal que nos conducirá hasta el búnker y baterías de costa, y un poco más a delante, hasta el Faro y el mirador colgante.
Segundo tramo de la ruta: Búnker y baterías de costa
Tras caminar unos pocos kilómetros por la meseta del arrecife fósil de la Sierra de Santa Pola, llegamos a un cruce de caminos señalizado.
Tomamos el camino que nos lleva hacia el Este, por el cual llegamos hasta un búnker y a las baterías de costa de la Guerra Civil Española.
Lo primero que vemos a lo lejos es el búnker de telemetría que se encuentra restaurado y, en la parte superior, hay un vértice geodésico que nos indica la altura exacta de ese punto sobre el nivel del mar.
Realmente, el búnker es una estructura militar que genera cierta inquietud y te hace pensar en el trágico conflicto que comenzó en el año 1936 en España.
Durante un momento te imaginas cómo serían las personas que se encontraban en este lugar durante el conflicto, y que hechos e historias de vida transcurrieron en tal paraje.
Una vez recorrido el entorno que rodea el búnker, nos encaminamos a las baterías de costa que se encuentran rodeadas de una densa arboleda de pinos que desprende su característica fragancia.
También nos envuelve el sonido incesante y característico de las chicharras. Tras andar unos 50 metros, llegamos la zona donde se encuentran dos baterías de costa sin el armamento pesado.
En ambos lugares podemos detenernos a mirar y leer los carteles informativos que relatan brevemente la historia del lugar y explican algunas características de las estructuras militares.
Tras visitar estos emplazamientos, nos dirigimos al sendero principal que nos encamina hacia el Faro de Santa Pola.
Tercer tramo de la ruta: Faro de Santa Pola
Una vez tomado el camino señalizado de la ruta principal, este nos dirige hacia el Faro que fue construido aprovechando la estructura de la torre vigía Atalayola. El faro se construyó en el año 1858, y está situado a 152 metros sobre el nivel del mar.
Se encuentra en la zona Este del Cabo de Santa Pola sobre la cresta del arrecife fósil. Tras contemplar el Faro, nos dirigimos al mirador colgante que se encuentra en el borde del atolón.
Este mirador, esta compuesto por dos estructuras, una con cierta curvatura que asoma por el borde del arrecife y desde el cual podemos ver la ciudad de Alicante.
La siguiente estructura del mirador es en línea recta y dirige nuestra vista hacia la isla de Tabarca.
En ambas estructuras podemos contemplar, por un lado, la bahía de Alicante, y, por el otro, el pequeño archipiélago y parte de la bahía de Santa Pola.
Es buen momento para sentarse, comer las piezas de fruta, tomar agua, descansar y contemplar el paraje natural que nos rodea, antes de retomar el camino de regreso.
Cuarto tramo de la ruta: Torre vigía de Escaletes
Retomamos la marcha tras la visita al Faro y nos encaminamos por la senda de la torre vigía de Escaletes. El camino es pedregoso y nos envuelven los pinos durante más de la mitad del camino.
A medida que avanzamos, las arboledas son más escasas y empezamos a ver el horizonte lleno de vegetación baja y teñida de color dorado por la luz que irradia el sol, que cada vez se encuentra más bajo.
La marcha es más lenta. Corre una ligera brisa a medida que nos acercamos más a la costa. No la vemos aún, pero se puede oler la sal.
El camino se encuentra señalizado y los carteles nos indican los kilómetros que faltan hasta llegar a la torre de Escaletes, nuestra última parada en esta ruta por el arrecife fósil.
De vez en cuando se cruza por el camino un pequeño conejo que se esconde rápidamente en los arbustos.
Empezamos a vislumbrar la torre vigía que data del siglo XVI, y que fue recientemente restaurada con el objetivo de añadir valor a este conjunto histórico y recuperar este Bien de Interés Cultural.
Tras llegar a la torre vigía, hacemos un último parón para contemplar esta estructura desde la cual tenemos, una vez más, una vista de la isla de Tabarca y una panorámica de la bahía y de algunas crestas del arrecife coralino fósil de Santa Pola.
Además, desde este punto, podemos ver el pueblo, el muelle del puerto y las salinas de Santa Pola.
Finalizando la ruta
Para concluir con la ruta por el arrecife fósil, empezamos a descender por las escaleras en zig-zag, que se encuentra junto a la torre de Escaletes.
Tras bajar bastantes escalones, llegamos a la avinguda de Catalanet y nuevamente al paseo marítimo de la avenida de Santiago Bernabéu.
En total, entre ida y vuelta, hemos recorrido aproximadamente 13 km en unas 4 horas, con sus respectivos descansos.
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